martes, 10 de agosto de 2010

bajando por el boulevard

Hoy, bajando por las calles del boulevard en la ciudad en que vivo, percibí desde el auto en que me dirigía a mi lugar de trabajo, un bulto ennegrecido, a primera vista era eso lo que parecía...pero luego al detener la vista y analizar era un ser humano, con los pies sobresaliendo, envuelto en inmundas mantas que lo cubrían del frío de la noche y de las miradas indiferentes de los demás transeúntes de la calle aquella, y mientras avanzaba el automóvil y yo seguía rumbo a mi destino no pude evitar preguntarme tantas cosas, como llego ese ser humano a ese extremo, como una persona se vuelve casi un animal, como podemos llegar tan bajo los seres humanos, a que niveles infrahumanos nos acostumbramos a vivir, ese tipo es un consumidor de pasta base de cocaína y subsiste con lo que gana limpiando automóviles en aquel lugar.

Recordé por un momento a todas aquellas personas que viven de ese modo....i no pude sino sentir una profunda lastima por ellos, i su condición actual ya debase a alcoholismo o drogadicción no resulta a mi respectiva criticar...ni censurar, algunas personas cuando ven a aquellos seres humanos en esa condición de degradación dicen que todo ha sido culpa de ellos, pero yo insisto que simpre las cosas tienen dos lados así como una moneda o como la luna, lados que no podemos subestimar, ni dar por sentado con prejuicios.

Me lastiman profundamente los sentidos las mujeres alcohólicas abandonadas en las calles principalmente las de edad avanzada, que deambulan por las calles, creo que todos o la gran mayoría tenemos o tuvimos una madre, y también hermanas o sobrinas, o amigas si es que no existe lo demás, y no puedo dejar de ver su rostro en ellas, en la fragilidad infinita de la mujer, y me gustaría realmente y de todo corazón que aquellas situaciones no existieran, que ningun ser humano viviera en esas condiciones, tan horribles, que ningún ser humano sufriera hambre, que ningún ser humano sufriera, que los niños no tuvieran que pagar por los errores inmensos de sus torpes padres, pero esa realidad es un hecho aquí y en muchos países, aun en los que se consideran desarrollados o del primer mundo.

Por eso, de mi parte un gran elogio a quienes se esfuerzan por hacer menos dolorosa la vida de aquellos seres humanos que por algún u otro motivo, no han tenido la suerte de enfrentarse a los problemas con la capacidad suficiente para que ellos no los destruyan y degraden de aquella forma, hasta convertirlos en almas torturadas

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