Era invierno, era el incipido y maraviloso 2001. El año en que comenzaba el nuevo siglo. Yo ya tenia mis años de circo, mi madre estaba un poco mas vieja, y las circunstancias nos estaban favoreciendo en todo, en la vida siempre algo viene y algo se va...eso lo he aprendido...en mis años de mi vida, en mi existencia sin importancia para el resto del mundo, si muriera ahora, quien lo sabria, a quien le importaria.?
2001, fue un gran año...asi como el titulo de una antiquisima pelicula de ciencia ficcion del postumo kubrick....2001 odisea del espacio donde una computadora cobraba vida y aniquilaba a la tripulacion, 2001 un año que cambio mi vida como pocos años lo han hecho, nos fuimos de la casa grande, de aquella casa en donde mi madre se refugio junto a sus padres luego del exilio moral que debieron sufrir, por la moral estupida, falsa y retrograda que reinaba en nuestro maravilloso e hipocrita chile, en la decada del 50, og que gran pedazo de mierda esa epoca, prefiero el maldito infierno antes de haber nacido en ese año....ogg....pobres chilenos..jajajaj
2001, fue el inicio a una etapa feliz en mi vida, me fui del barrio en que me habia criado, desde los siete o seis años de edad que es en donde empiezo a tener seudos recueros de quien fui, de quien soy, nos fuimos sin pena ni gloria en un dia lleno de sol y helado de comienzos de junio, nos fuimos en el silencio malicioso de un barrio infeliz y desgraciado, rebosante de felicidad por el dolor ajeno, por el dolor inmenso de mi madre, a diferencia de mi, ella amaba la casa grande, a diferencia de mi, ella recordo hasta el ultimo de sus dias la casa grande. Para ella la casa grande significa el idilico lugar lleno del recuerdo de su gran padre, un hombre alto, moreno de bigotes, y con un genio parco e insoportable, para ella significa el trampolin social, que la vio transformarse en una señora de sociedad y redimir su pasado antisocial, para ella la casa grande significaba el cielo y el infierno, el lugar a donde debio volver luego de perderlo todo y a todos en su gran y pequeña vida, para ella la casa grande significaba el lugar donde se transformo en la gran mujer que fue hasta el ultimo de sus humildemente grandiosos dias, para ella la casa grande significo todo en su vida, ese dia, era otra mi madre, como cada vez en cuando, mostrando una fasceta distinta, una mujer distinta, una Teresa distinta, corroida de dolor hasta la mas infima celula de su pequeñito y moreno cuerpo, abandono la casa grande en medio del mas grande dolor infrigido por la bestia mas maldita de este mundo, su propia hermana, una vieja golfa, asquerosa y sin escrupulos, que no vacilo en usar hasta el mas sucio de los recursos para hacernos salir de la casa grande, algun dia, ella vivira ese mismo dolor, y estoy completamente convencido, que a diferencia de mi gran madre, el de ella, el dolor sera peor, el mas grande de todos sus putos dolores vividos hasta ahora, mi mas grande odio hacia ella.
Abandonamos la casa grande, a eso de las cuatro de la tarde mas o menos, yo estaba feliz, queria gritar por el auto, me voy me voy me voyyyyyyyy, jajajajaj, estaba tan feliz, nos ibamos a nuestra casa, alla lejos a un cerro olvidado por dios, donde todo seria nuevo y maravilloso, que grandioso es empezar de nuevo, todo es distinto, todos son nuevos seres humanos, todo es magicamente nuevo bajo el sol, aunque sea un debil sol de junio. Muchas veces, la vi cabisbaja y meditabunda, y con lo introvertida que era mi madre, nunca me lo confeso, pero yo podia oler por cada uno de sus poros como la melancolia por la casa grande afloraba tristemente, como el polen en una negra primavera macabra, llena de la melancolia podrida de un pasado anterior al mio, en el que jugaban sus recuerdos, alegres de la mano con los tristes, en una danza narcotica, enmarcada en el recuerdo feroz de su padre, su padre, el gran amor de su vida. Lo ultimo que yo hize en la casa grande fue recorrerla entera, destruida como estaba me parecio que siempre habia estado asi, con el techo destruido, sin puertas ni ventanas, entrando todo ese sol de junio por todos lados, y el viento helado congelando mi carne, y el hambre llenandolo todo, con la angustia propia del sonar de tripas, doloroso y profundo, como un oscuro mar a medianoche, en un lugar lejano y malevolo, en un fin de mundo. Ella, pobrecita, quizo llevarse todo de su casa grande, todo, sus plantas, junto a sus recuerdos, y no pudo....no pudo, lanzo un grito suave y desgarrador, como de parturienta intimidada, y cayo al suelo la tierra de su jardin grande, el que por años tras años vistio de multicolores el reflejo alegre de unos ventanales que siempre daban al sol, aun en dias nublados y por los cuales, entraba siempre un aire alentador, en los peores momentos que vivimos en la casa grande.
La casa grande nos dijo adios, un adios silencioso, mortal, agonico, nos dijo adios, con todos esos recuerdos inmensos de años de habitacion, nos dijo adios, con la celebracion de mi primer cumpleaños, que con tanto exfuerzo me hizo mi mamita, y al cual vinieron mas niñitos de lo que me hubiera gustado que vinieran, nos dijo adios con esas convivencias familiares, en que mi madre disfrutaba de la compañia de su hermano, otro hombre alto y moreno, muy parecido a su padre, nos dijo adios con los chillidos de mis sobrinos jugando por la casa, medios desnudos brillando al sol como dos fantasmitas, nos dijo adios con la poly y la osy, dos perritas encantadoras, que amaremos por siempre mi madre y yo. Nos dijo adios, para siempre, en medio de un dia brillante, lleno de sol, y de libertad, nos dijo que nos fueramos a un mundo mejor, lleno de vida, en aquel lugar todo estaba muerto, las almas de aquellos que ya no estan penaban por el lugar, y nos deseaban la mayor felicidad.
Aun a veces, puedo ver a mi madre, recordando la casa grande, puedo verla reirse junto a su padre, conversar junto a su madre, retosar al sol con su juventud, cargar a mis hermanos, rasgar la tierra con un cuchillo, creando vida vegetal, caminando rumbo a ella, con la cara afligida, y llena de dolor, aun a veces, la puedo oir llorar.........
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